Catalina Ammaturo lanza La Pena, un EP íntimo y emocional que explora las profundidades del amor, la pérdida y el renacer personal.
Este proyecto es mucho más que un disco: es el resultado de un proceso de sanación y colaboración artística que refleja las vivencias de la cantante tras un amor que la marcó.
«Me gusta decir que La Pena va de cómo la sobreviví», expresa Catalina, quien encuentra en este EP la voz para narrar su viaje desde la negación hasta la aceptación. Producido junto a Sammuel Shea (Warbly Jets), un músico y productor estadounidense que conoció por casualidad en la calle, el proyecto se nutrió de un intercambio creativo único que fusiona sonidos modernos y elementos más «vintagescos», como describe la artista. Además, contó con la colaboración inicial de Mariano Sucar en el desarrollo de las primeras ideas.
El EP incluye canciones como «Indefinidamente», que Catalina señala como el punto más oscuro del trabajo, y otras que representan diferentes etapas del duelo y la superación, desde el enojo hasta la paz. La última canción, compuesta tras un experimento intenso de escribir tres canciones al día durante una semana, cierra el disco con un mensaje de cierre pacífico, reflejando cómo la artista logró encontrar su propio final en esta historia.
Una de las características más emocionantes del proyecto es la incorporación de su primera canción en inglés, nacida de la dinámica natural de trabajo con Sam, con quien se comunica mayormente en ese idioma. Este detalle abre la puerta a futuras exploraciones bilingües en su música.
El proceso de creación también incluyó un componente colectivo y entrañable: sesiones acústicas en la casa de su productor, donde Ammaturo interpretó las canciones del EP antes de su lanzamiento para recaudar fondos y cubrir los costos de mezcla. «Fue una linda forma de pagar el disco», dice con gratitud sobre esta experiencia que acercó aún más su música al público.
Continuará dejando una marca indeleble en la escena musical ya que su carrera apenas está comenzando. Con una nueva conformación en su banda por delante, sigue explorando y expandiendo los límites de su arte, ofreciendo a sus oyentes una visión íntima y poderosa de su mundo interior. La Pena es un testimonio de la vulnerabilidad, la resiliencia y la capacidad de convertir el dolor en arte. Catalina Ammaturo nos invita a recorrer su historia con cada nota, y nos deja con una sensación de que, incluso en los momentos más oscuros, la música siempre puede ser una luz.
Nacida en Berazategui, Catalina Ammaturo ha cultivado un amor profundo por la música y el arte desde temprana edad. Comenzando a los ocho años, su pasión por el piano la llevó a interpretar obras clásicas, construyendo una sólida base musical que más tarde fusionaría con sus propias composiciones. En ese juego, comenzó a combinar acordes y a escribir canciones inspiradas en sus libros favoritos, imaginando mundos a través de la música.
La formación en teatro y musicales añadió una nueva dimensión a su talento, brindándole habilidades escénicas que complementan su música. Además, su interés por la moda la llevó a crear su propia marca de ropa, plataforma desde la cual comenzó a compartir sus canciones. La respuesta de sus seguidoras fue inmediata y contundente, clamando por la existencia material -o digital- de sus composiciones.
En sus letras aborda temas universales como el amor, la exploración del mundo, la decepción, la esperanza y la nostalgia, reflejando influencias de artistas icónicos como Gustavo Cerati, Soda Stereo, Lana del Rey, y Pink Floyd. Catalina juega además con la construcción de figuras mitológicas, creando personajes como la sirena, la chica dolida que lastima por resentimiento.
En su primer álbum “Chica Violeta”, cada emoción fue disparadora de un tema. El título es ilustración de dos facetas: el lado azul simbolizando episodios depresivos y el lado rojo representando estados maníacos.
Actualmente, se encuentra presentando su nuevo EP titulado «La Pena», un trabajo más maduro que promete explorar una rica variedad de géneros desde el vintage suave hasta el grunge y el metal, siempre con un toque femenino distintivo. Este proyecto se centra en una relación pasada y el proceso de dejar ir y aceptar, un viaje introspectivo de curación y redescubrimiento. Inspirada por artistas como Suki Waterhouse, Smashing Pumpkins, Deftones y Nirvana, ya promete una evolución en Catalina como artista.
