“Caminar contra el viento / para sentir la intensidad” dice Juan Schulmeister en una de las canciones de su flamante álbum, El Viento Divino, y en esa frase parece resumir su espíritu audaz de exploración, de ir contra la corriente y lanzar un disco de folk canción hecho solo con su guitarra y su voz, y que encante y atrape sin más. El título de este trabajo, El Viento Divino, es la traducción al español de la palabra japonesa “Kamikaze”, que, lejos de significar “suicida”, representa al temerario, a alguien que comete un acto de arrojo. ¿Qué más valiente que abrir tu corazón al mundo y ponerlo, como Schulmeister, en el centro de tu voz?
Juan Schulmeister no es ningún novato, ya que cuenta con 20 años como intérprete y compositor, primero como solista (bajo el alias Juan Invernal), luego como líder de algunos grupos, y desde el 2016 nuevamente como solista pero ya utilizando su propio nombre. Luego de pasar por el rock, el britpop, y el synthpop; e influenciado por Suzanne Vega, Gabo Ferro, y Rosario Bléfari, Schulmeister sintió que era momento de despojar a su creaciones de ropajes y sobreproducción, y de volver al origen y la simpleza desnuda de la canción. En esta nueva exposición, vulnerable y poderosa a la vez, de pararse solo con su guitarra frente al micrófono, Juan encontró una fuerza pura, imprevisible y motivadora, que lo llama a compartir y conectar.
En El Viento Divino -cuarto disco en solitario de Schulmeister, editado en conjunto por Fuego Amigo Discos y Casa Folk Discos-, el cantautor desliza melodías dulces que planean suave con una elegancia clásica y un aura renovadora, con la cantidad justa de melancolía y oscuridad. Sus letras hablan de avanzar, de irse de los lugares incómodos, de partir desde la crisis y volar alto, muy alto. Un disco que pregona sobre resiliencia, lo perdido y lo presente, y un llamado a defender la identidad, todo mientras una guitarra criolla nos lleva de vuelo, y la voz única de Juan se convierte en guía y destino. Dentro de la pujante escena del nuevo folk argentino, Juan Schulmeister entrega una obra cálida, íntima y movilizadora para cantar, abrazar y dejarse llevar.