TEATRO EL CUBO – (Zelaya 3053. CABA).
Desde el título se parafrasea a «El Morocho del Abasto», no desde una sentencia marketinera sino por una coincidencia espacial de ambos cantantes en uno de los barrios más populares de Buenos Aires, el cual cada uno de ellos supo transitar en su propia época.
La obra recorre, en un respetuoso “homenaje”, la vida del líder de la mítica banda Sumo, con una mímesis del grupo, y se mete en el alma de Luca Prodan a través de momentos hitos de su historia personal, como también de su carrera artística y los vaivenes de su convivencia con los demás integrantes de la banda.
Prodan, contracara del rock «nacional» al cual tildaba en muchos aspectos de “caretas”, trajo a la Argentina en su bagaje musical el rock duro, el funk, el punk y el reggae, los cuales fusionó en sus composiciones. Sus letras transitaron el surrealismo y el dadaísmo, logrando una música que, aún parados en el rock distorsivo, no carecía de una esencia melódica que se repetía en la cabeza de sus fans, trasladándose a sus cuerpos. Vivió por elección con despojo y desinterés por todo lo que la sociedad burguesa ofrecía, en busca de la LIBERTAD más absoluta.
Es sobre la figura de este personaje tan particular que se monta el relato de musical, teatral y casi cinematográfico que inunda el espacio de Teatro el Cubo transportando al espectador al alma de Prodan. Es de este modo que se desarrolla un viaje donde el protagonista, Lucio García Jurado, interpreta en lo músical y en la piel de Luca sus vivencias y sus manifestaciones. Así Luca Del Abasto se transforma en un homenaje invaluable mostrando distintas aristas del cantante.