Amor es / revolución – “La casa vacía”
Ilusión. Sueños. Sombras. Reflejos. Cicatrices. Marcas. Amor. Revolución. Estos factores en constelación dan vida y coherencia a la poética de una banda que entiende el Arte como “expresión creativa” y que, lejos de buscar la conformidad de terceros, se propone plasmar sus inquietudes cotidianas y profundas en la obra estética.
Gustavo Bravo (guitarra), Gabriel “Gato” Vallejos (voz), Mariano Bongiorno (bajo), Pablo Granato (guitarra) y Gonchi Palencia (batería) son los cinco elementos esenciales de Matasiete. Esta banda oriunda de Mataderos ya presentó su cuarto disco de estudio y, tras su gira por el interior del país y su presencia en escenarios como el Konex o La Trastienda, cerrará el año con todo, para abrir un 2017 a todo volumen.
- ¿Luego casi 10 años de trayectoria, cómo podrían decir que inició, devino y es su relación con el público?
No somos el tipo de banda que está pendiente de eso. El acento está puesto en la obra. El trato es mano a mano. No son todos amigos ni son seguidores como lo son de las bandas masivas. En el siglo XXI cambió más el público que el rock. El público 2.0 vino a darnos una mano al momento de llenar una trastienda o dar a conocer un video o un disco. A la hora de hacer canciones o videos no estamos pendientes de la aprobación o no de quien pone la oreja. Quizás en los shows tratamos de tener cierta dinámica para no aburrir, no más que eso. El público es partícipe necesario en la cadena de producción artística pero es, justamente, la parte que no depende de nosotros. Por lo tanto, nosotros ponemos la obra a consideración, y que cada uno la use como más le sirva.
- ¿Qué importancia tienen las producciones audiovisuales en sus recitales?
Somos una banda de imágenes. Aunque no hemos podido plasmarlo como más nos gustaría. Tenemos muchas cosas pendientes en ese tema y esperamos poder sacarlas adelante en el 2017. Pudimos esbozar algo en algunos shows. Requiere una técnica extra y tiempo de preproducción que no siempre están a la mano. De todas formas, el concepto audiovisual tiene que ver con agregar herramientas a lo que queremos contar pero no necesariamente debe ser exhibido en los recitales. Tenemos varias ideas para el próximo año para que estas cosas dejen de estar en un cajón.
- No solo en sus letras, sino en alguna entrevista, se hace presente el tema de “soñar despierto”. ¿Qué rol juega el ensueño en su obra?
En este caso, casualidad. No es el sueño un factor importante en nuestra narrativa. Probablemente sea un recurso más que una idea. Las ideas más fuertes pasan por otro lado.
- Aparecen, en sus letras, muchos intertextos literarios; Borges, por ejemplo. ¿Dejan abiertamente influirse por otras Artes al momento de componer?
Sí, de alguna manera ultra arbitraria a veces una foto, una película o un cuento nos viene con una música. Cuando eso nos pasa tratamos de empatarlo con alguna referencia en las letras. Eso hicimos en “La Casa de Asterión”, de Borges; en “Tan triste como ella”, de Onetti. Lo mismo con La lotería en Babilonia, en Sabe. Y bueno, el Matasiete que es un personaje de un cuento. Hay un momento que todo viene con música. A veces la vamos a buscar y a veces se presenta y ya.
- “Es el turno de los sueños imposibles” declama el yo-lírico de “El beso imposible”. ¿Qué podrían contarnos sobre este hermoso tema?
Es una de las canciones que más nos dicen que le gusta a la gente. Paradójicamente no es un tema que toquemos mucho en vivo. En este caso sí el concepto es algo que está más presente en nuestra obra. Y tiene que ver más con los mandatos que con la mariconada sensiblera. Los sueños imposibles no es más que romper moldes. Para eso siempre hay tiempo y nos está al alcance a todos. Lo mismo sucede en Aunque se que no soy viento. ¨Si sueño con vos, no sueño con nada¨ dice que si vos sos mi meta, no estoy yendo a ningún lado. Y eso puede ser una mujer, un trabajo, un auto o un Procrear. Cada uno le pone la gracia que quiere. Las metas suelen ser todo lo contrario de lo que nos vendieron; por lo general son limitaciones cuando deberían ser todo lo contrario.
- En su último registro discográfico, La lotería en Babilonia, parecería vislumbrarse un hilo conductor, algo intermitente, referido a los sueños, las sombras y el oxímoron propio de quien intenta representar el Amor; “es tan extraño verlos así / tan cerca y lejos a la misma vez”. ¿Consideran que estos tópicos son distintivos de su poética en general?
La verdad es que siempre hablamos de lo mismo. Es siempre la misma pavada que se va sofisticando. Quizás en los primeros tres discos se subraya la mirada del otro y su aprobación. En SEEULM, Ego, y Snob. Y en La Lotería en Babilonia tiene una vuelta más, que es el azar, la obediencia y la aceptación de las cosas así como vienen. Lo cierto es que uno tiene dos o tres conceptos y lo que va haciendo, a través del arte en este caso, es ir buscando excusas para reforzarlo o refutarlo. Entonces se convierte en algo que se va reformulando permanentemente. Aunque se diga siempre lo mismo de diferente manera. Bueno, eso sería la poesía. Lo mismo pasa en la música.
- “Los artistas independientes manejan, como pueden, sus destinos” afirmaron alguna vez. ¿Qué papel, creen, desempeña el músico under dentro de nuestra sociedad?
El under debería tener otro nombre en Argentina. Ya no es lo que era. Y no es nostalgia. Es descriptivo. El under de los 80 era increíble pero teníamos 15 años. Ese under hoy nos expulsaría al 90 por ciento de las bandas. Por alguna razón socio-cultural o vaya uno a saber por qué, las bandas jóvenes buenas son más conservadoras que muchas otras de tipos de 50 que todavía siguen viviendo en los 80. El rock no estaba preparado para vivir 50 años. Entonces un día te encontrás que tu ídolo de toda la vida tiene los mismos quilombos de salud que tu viejo o tu abuelo. Te habla de la ensalada y el amor por sus nietos. Entonces un pibe de 20 que sabe lo que le contaron no vio ni vivió el proceso y se apega a lo último que ve. La actitud más rockera que se puede tener hoy es ponerse de novio con Celeste Cid. De todo lo demás sólo queda el mito.
Por otro lado el artista de autogestión en la argentina es una fantasía. Las bandas autogestionadas lo son en tanto que con los ingresos que generan sus integrantes desde otra actividad se financia la actividad artística. Los recursos que genera una banda independiente no masiva no alcanzan para nada si no es apoyado por los ingresos extras que aportan sus integrantes.
Ese debería ser un rol social importante para una sociedad madura. En el modelo donde el primer valor esta puesto en los logros materiales los artistas emergentes deberían servir de ejemplo como excepción a la regla aunque sea. Estamos muy lejos de eso.
- Tras su pasaje por más de 300 escenario y ya con 4 discos de estudio encima, ¿cómo se proyectan para el 2017?
Esperamos un 2017 un poco más activo que el 2016. Será el año del quinto disco que vendrá en formato online. Tenemos la idea de una obra conceptual músico-teatral que veremos en qué termina. Cerraremos el ciclo de La lotería en babilonia con una serie de micro cortos audiovisuales. Obviamente tocar en vivo. Para este 2017 “Es el turno de los sueños imposibles”. The labels are just baggage we don’t need unless