En una escena de Volver al futuro, la del Baile del encantamiento bajo el mar, Michael Fox reemplaza al guitarrista herido para que la banda no deje de tocar y que sus padres bailen, se enamoren, y así evitar desaparecer de la foto que tiene en la mano y por ende de la historia. Cuando Chufit y yo pensamos qué sonido íbamos a darle a esta canción durante la grabación de Amores Bonsái, decidimos que queríamos que la gente se sintiera literalmente dentro de esa escena. De hecho usamos instrumentos y sonidos de esa época para acercarnos más.
Habla de la ausencia que nos queda al caminar por una ciudad donde ya no está una persona con la que tenemos recuerdos en ella. Cómo las calles de esa ciudad se ven más frías, más ajenas, menos nuestras. Es la canción donde la ciudad y yo extrañamos a la misma persona porque ambos somos un poco menos interesantes sin ella.
No soy muy fan de la lluvia, creo que en las únicas situaciones en que hace más épico o lindo un momento es en un beso o un partido de fútbol. Pero en general, sólo aumenta la nostalgia por amores perdidos, momentos pasados, e historias que pudieron ser y no fueron.
Estuvo a punto de quedarse afuera de Amores Bonsái, empezamos a grabarla pero en un momento tuve dudas, no estaba seguro de si me gustaba mucho o nada. Chufit la defendió diciendo que era la mejor del disco, y hasta amenazó en broma con abandonar la grabación si esa canción no entraba.
Decidí dejarla y me fui amigando con ella, aunque no terminé de quererla del todo hasta un tiempo después de la publicación. De hecho, es la novena canción de un disco que tiene once. Aún así, cuando pregunté qué canción de Amores Bonsái debería ser el segundo videoclip del disco, tuvo más del doble de votos que cualquier otra. Videoclip que finalmente nunca filmé, por cierto. Mala mía.
El muñeco de la portada se llama Mini Anderson, me lo regaló hace unos años Miss Carlaina y desde ese momento estuvo siempre en mi biblioteca.
Solemos entender la importancia de alguien cuando ya se fue. Ojalá aprendamos a darnos cuenta antes y poder decir más quedate y menos volvé. Y ojalá siempre nos quede un último baile.