Santó, proyecto solista de la cantante Mariela Santoro (ANNA), presenta en sociedad su nuevo disco titulado «Vigilancia Afectiva».
Este proyecto, el cual Mariela Santoro sostiene en paralelo a ANNA desde el año 2019, conserva la forma de composición íntima y personal de la cantautora.
Adiciona además una faceta más visceral y teatral, más sexual y atrevida, más filosófica y contemplativa, más irónica y combativa, sin abandonar la sensibilidad y emotividad en las letras y en la interpretación, su sello más genuino.
Un disco donde Santó canta y recita, ama y se enoja, reflexiona con profundidad y también con ironía, desea y detesta, se ríe y llora, le canta a la vida y a la muerte.
A la hora de explicar el nombre Vigilancia Afectiva, Mariela dice que «responde al hecho de que estamos atravesando y viviendo en una era en la que mejor no demostrar mucho, mejor no sentir mucho, mejor llorar cuando lloran todos y mejor reírnos y pensar de manera automatizada.
Una era de sentimientos edulcorados en la medida que se espera, y de amor en cuotas, donde es conveniente no exagerar ni mostrarse muy libre porque, irónicamente, somos juzgados constantemente.
La «libertad» que nos venden y ofrecen parece ser, más que una realidad, una propaganda impracticable».
Vigilancia Afectiva fue lanzado digitalmente el 27 de diciembre de 2022. La producción estuvo a cargo de Javier Herrlein (ex Catupecu Machu), quien además grabó la batería y teclados de todas las canciones, y de Fernando Veivide, quien grabó el bajo y las guitarras.
Vigilancia Afectiva contiene diez canciones propias y cuenta con una producción musical imperdible y excelsa.
En cuanto a las influencias de Santó en este segundo disco se pueden mencionar artistas históricos y contemporáneos como Gustavo Cerati, Hilda Lizarazu, Alanis Morissette, Fiona Apple, Anna Calvi, U2, Morrisey, Peter Gabriel, entre tantos otros.
Al igual que en el primer disco en su versión solista, Vigilancia Afectiva fue acompañado por una producción fotográfica que acompaña el mensaje del álbum, a cargo de Christian Baragatti.
El arte del disco estuvo inspirado en la serie Peaky Blinders, donde a través del vestuario, la locación y algunos elementos bien definidos como una pipa, un cigarro y el whisky se complementa el concepto del disco, colmado de oposiciones y dualidades propias de nuestra sociedad actual.
